L. y M: José Antonio Méndez

 

 

Eres mi bien lo que me tiene extasiado,

por qué negar que estoy de ti enamorado,

de tu dulce alma, que es toda sentimiento.

 

De esos ojazos negros de un raro fulgor

que me dominan, me incitan al amor,

eres un encanto, eres mi ilusión.

 

Dios dice que la gloria está en el cielo,

que es de los mortales

el consuelo al morir.

 

Bendito Dios*, porque al tenerte yo en vida

no necesito ir al cielo tisú,**

si alma mía, la gloria eres tú.

 

 


Para el año de 1949, José Antonio Méndez (1927-1989), comenzó a ser en México “punta de lanza” para el enraizamiento del filin, que proliferó hasta 1968, aproximadamente, entre los nuevos cantantes mexicanos; estilo que se generalizó después en pianos-bar, cafés y centros nocturnos. Uno de los reductos del filin de los años sesenta, fue sin discusión el bar La Campana en la Avenida Chapultepec, donde se reunían Juan Neri, El güero Castro, Freddy Noriega y otros más.

El filin a través de La Gloria eres tú, produjo entre los románticos mexicanos un movimiento sin precedentes, porque se trataba de algo muy diferente a lo que establecido por el viejo bolero. Además, esta canción del legendario Ronco, por su letra, es una de las más bellas del cancionero latinoamericano.