Letra y Música: Agustín Lara (versión original)

 

Palabras de mujer

que yo escuché

cerca de ti,

junto de ti, muy quedo,

tan quedo como nunca.

 

Las quiero repetir

para que tú,

igual que ayer,

las digas sollozando,

palabras de mujer.

 

Aunque no quira Dios,

ni quieras tú,

ni quiera yo,

hasta la eternidad

te seguirá mi amor.

 

Como tu sombra iré,

perfumaré tu inspiración,

y unto a ti estaré

también en tu dolor.

 

Aunque no quiera Dios,

ni quieras tú,

ni quiera yo,

hasta la eternidad

te seguirá mi amor.

 

Hasta en tus besos me hallarás,

hasta en el agua y en el sol,

aunque no quieras tú,

aunque no quiera yo.

 


En 1945, el músico-poeta dio a conocer este bolero, que en su parte intermedia decía: “Aunque no quiera Dios, ni quieras tú, ni quiera yo…”, frases que sonaron blasfemas a la entonces poderosa Liga de la decencia, formada por un grupo de inquisidores modernos, bajo la tutela del Obispado de México; fueron de inmediato criticadas y prohibidas (especia de autocensura que utilizaron los medios de comunicación en base a la influencia de la Liga), cuando ya la canción se había grabado en disco por Toña la Negra y Fernando Fernández. Durante mucho tiempo, los discos fueron retirados de circulación y a Lara se le obligó a cambiar la letra. En un comunicado que hizo públicamente a través de su editora, la PHAM, Agustín se dirigió a las autoridades eclesiásticas en septiembre de 1945, para notificar el cambio que él mismo hizo a Palabras de Mujer. Ahora diría: “Aunque no quieras tú, ni quiera yo, lo quiso Dios…”; y así, Pedro Vargas hizo la nueva versión que durante muchos años circuló en el mercado.