Letra: Pedro Mata
Música: Emilio Pacheco

 


Sin saber que existias,
te deseaba,
antes de conocerte, te adiviné.
Llegaste en el momento
que te esperaba,
no hubo sorpresa alguna
cuando te hallé.

El día que cruzaste
por mi camino,
tuve el presentimiento
de algo fatal.
Esos ojos, me dije,
son mi destino,
y esos brazos morenos
son mi dogal.



Este es otro de los boleros que han subsistido al paso del tiempo. Su autor, el campechano Emilio Pacheco, musicalizó los versos del poeta español Pedro Mata, de quien muchos autores cubanos también utilizaron sus rimas para crear clásicos del bolero, como En el ronco de un árbol, con música de Eusebio Delfín. Aún cuando Pacheco había escrito música para Presentimiento años atrás, esta canción se publicó y grabó hasta 1927, siendo Tito Guizar quien primero la registró en la Compañía Nacional de Discos, a través del sello Nacional; un año más tarde, Guty Cárdenas y Chalín Cámara interpretaron una versión realmente insuperable, que otros cantantes y trovadores con el tiempo emularon, para convertirla en un bolero inmortal.